viernes, 28 de enero de 2011

El final del arte. Artur Danto.

“El final del arte” es un texto del crítico Arthur Danto, en el que nos expone su visión sobre la hipotética muerte del arte en el campo de la estética y percepción. Es realmente una visión controvertida, pero sobre todo sensacionalista. Es el título del texto el que nos llama la atención por su mensaje radical e impactante, pero a medida que profundizamos en el texto nos damos cuenta que se nos ha omitido información acerca de su discurso; el texto llega a ser bastante denso y desconcertante. Además, me da la sensación de que se le da un rodeo muy grande al tema, para llegar a una conclusión que ya en los primeros momentos nos ha desvelado. De esta forma, se pasa la mayor parte del tiempo aportándonos ejemplos (buenos que son), para llegar al mismo sitio que donde empezó.

La muerte del arte a nivel técnico y perceptivo.
En parte, estoy de acuerdo con la visión de Danto. Claro, al hablar de la muerte del arte no está hablando de su fin, sino de una etapa en la que ya no podrá aportar nada más a nivel técnico. El crítico le da toda la importancia al arte en el campo de la evolución perceptiva.
Según nos expone este hombre, el arte no puede seguir evolucionando técnicamente, como por ejemplo, en el tema del movimiento. La pintura y la escultura no pueden llegar a evolucionar en este campo, debido a su naturaleza. Para seguir hablando de una evolución en cuanto al movimiento tendríamos que hablar del cine. Pero esto ya sería otro campo. El cine es capaz de captar el movimiento como no pueden hacerlo la pintura ni la escultura.
Uno de los mayores avances del arte fue el conocimiento de la perspectiva. Esto provoco una revolución en las artes que no hicieron cambiar su esencia. Este es el tema, según Danto. Cualquier cosa que no sufre progreso técnico, porque ya los ha sufrido todos, ha llegado a su fin. Al final de su historia. A partir de aquí se puede seguir creando, pero no evolucionando; con lo que estaríamos tratando con los mismos conceptos una y otra vez.

Llegado un periodo en que los artistas descubrieron que no se podía avanzar, es más, en que descubrieron que existían otros métodos que suplían el arte como la fotografía y el cine, se empezó a experimentar en el campo de la expresión y el lenguaje personal. La efervescencia del arte, de estilos, de lenguajes… las vanguardias y su herencia. Es entonces cuando el crítico nos explica que con respecto a la expresión el arte NO HA MUERTO. Y aquí es cuando yo pienso… ya me la coló. Es el momento en que uno se para, valora sus palabras y se reconcilia con el autor. Y dices… pues sí… puede que tenga razón.
El arte explotó con las innovaciones y propuestas del siglo XIX, se llegó a controlar técnicamente en todos los campos en los que podía dar algo de sí. ¿Qué más nos queda por descubrir? A lo mejor es hora de probar con otro sistema. Y de esta manera empezamos el siglo XX. Un siglo apasionante en cuanto al arte. La expresión como búsqueda, la pincelada, el concepto, el reade-made, la performance.
Puede que el arte haya muerto en cuanto a su historia en el progreso, eso nadie lo saber, puesto que es una opinión personal. Yo estaría de acuerdo si así fuera. Pero el arte sigue existiendo y seguirá hasta donde nuestro horizonte nos deja ver, y no tiene por que ser peor. Es más, ¿necesitamos más progreso que el que ya tenemos para llegar a hablar y expresar con él? Si queremos, podemos tomar una cámara de video y grabar un video arte o nos podemos meter a bailarines o al teatro. El arte es un tipo de expresión que tiene sus limitaciones, donde acaba el arte empieza la música, el teatro, la literatura o el cine…

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